En la actual situación económica todas las empresas de nuestro país requieren acometer políticas de contención de gastos y de maximización de recursos, y dentro de éstas la reestructuración salarial se convierte en una clave para el mantenimiento del empleo.
La opción por la reducción de salarios o por el despido, han sido en muchas ocasiones las vías fáciles por las que han optado las empresas para dar solución a su problemas coyunturales. Sin embargo el camino que puede reportar más beneficios es el que se dirige hacia equilibrio entre el nivel salarial y el nivel de ventas.

En este sentido un buen sistema es el de marcar objetivos económicos para el año en curso, de tal manera que el salario de los empleados se incrementaría o disminuiría en función al mayor o menor grado de consecución del objetivo marcado.
En España tradicionalmente la vinculación de la retribución al beneficio empresarial quedaba reservada para el personal de alta dirección, mientras que para el resto de trabajadores de la empresa la retribución solía vincularse casi en exclusiva a la evolución del IPC.

Sin embargo la situación actual requiere cambios profundos en las costumbres empresariales, y desde hace algunos años algunas de las grandes empresas de nuestro país han tomado conciencia de ello.

Y como ejemplo podemos citar el convenio colectivo de empresa del operador de telecomunicaciones ONO, con el cual la Dirección y los sindicatos han pretendido garantizar el empleo, y en esa dirección han vinculado los salarios al resultado operativo bruto (ebitda), y además han integrado a toda la platilla en el denominado programa de retribución flexible.

Según la propia empresa el objetivo de la negociación colectiva se centraba en mantener los principales beneficios sociales para los trabajadores en materia de conciliación de la vida personal y profesional, y garantizar el empleo, de esta forma la empresa se ha comprometido a no llevar a cabo ningún tipo de medida de despidos colectivos durante la vigencia del convenio.

El nuevo convenio recoge que hasta una subida del Ebitda del 0,5 % no se producirá revisión salarial; del 1,1 % al 1,5 % de incremento, la subida sería del 0,5 % consolidable; del 1,6 al 3 % la subida sería entre el 0,5 % y el 2 % también consolidable, y del 3,1 al 6 % la subida sería entre el 2,1 % y el 5 % y no se consolidaría el incremento por encima del 2 %.

En caso de que el Ebitda cayera entre un 1,1 % y un 5 %, el salario caería entre un 0,1 y un 4 % no consolidable. Esto ha supuesto que éste año no haya revisión salarial puesto que el Ebidta de ONO en 2012 subió un 0,5%.

En la misma línea de este tipo de convenios se ha situado el grupo de restauración ZENA (Que engloba a Vaca Argentina, Cañas y Tapas y Burger Kin entre otros).

Las ventajas de estas medidas radican no sólo en la fijación de incentivos anuales en función de la evolución económica de la empresa, sino en la fijación de un sistema que incentive la fidelidad del personal a la compañía, premiando el esfuerzo del trabajador con medidas que aborden el medio y largo plazo.